viernes, 25 de diciembre de 2015

Comentario desamortización

La desamortización es el proceso a través del cual las tierras de la Iglesia o de los morgados nobiliarios que hasta entonces no podían venderse ni dividirse, pasan a estar en el mercado libre. Estas tierras solían estar en poder de manos muertas, es decir, no eran explotadas correctamente. Este largo proceso social y económico fue iniciado el 1878 por el valido Godoy para poner remedio a la crisis financiera en el reinado de Carlos IV y llegó a su fin en la primera mitad del S.XX.
La desamortización consistió en la expropiación forzosa y subasta pública de las tierras y bienes hasta entonces inalienables; es decir, propiedades en condiciones de manos muertas por parte de la Iglesia o morgados nobiliarios. En otros países sucedió un fenómeno de características más o menos similares. Su finalidad fue acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. Además, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar los títulos de deuda pública.
La desamortización se convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado liberal durante la primera mitad del siglo XIX.
Fue usada principalmente para vender las propiedades de la Iglesia a la clase burguesa, que así pagaría impuestos además de darle uso comercial y industrial a esa tierra. Así, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar la deuda pública. Los ingresos se efectuaron a través de dos procedimientos: la subasta al mejor postor (el cual solía estar decido incluso antes de la subasta), y la redención por el censatario cuando se trataba de derechos.

Las desamortizaciones hicieron que España viese rotas sus relaciones con el Vaticano en varias ocasiones a lo largo del siglo XIX. Las principales desamortizaciones en este tiempo fueron las de Mendizábal y Madoz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario